¡VOTA TIO-TAO!
Nunca ha sido bueno mezclar política y religión, pero tampoco se consigue nunca separarlas del todo (no, ni siquiera en los estados laicos, las instituciones eclesiásticas mantienen desde hace siglos un gran poder sobre los gobiernos, bien al sol, bien a la sombra). Yo no deseaba meterme ni en política ni en religión porque detesto las polémicas ideológicas (que suelen acabar muy lejos del debate constructivo), pero si tengo que hacerlo (y el gobierno del ciberespacio es demasiado tentador), lo haré con todas las consecuencias; así, la propuesta de mi partido, que está formado por mí y mis 16 personalidades, es de índole más filosófica que política, sin ánimo de predicar ni extender nuevas filosofías, que no tengo, me adhiero a una más vieja que el año del catapún y más sabia que Petete y su libro gordo.
Me refiero a la ancestral filosofía China que conocemos con el nombre de Taoísmo, y su magnífico principio del NO-HACER (Tao Te King, pt.26).
El Taoísmo considera que nada puede ser creado ni destruido, y que la mejor posición filosófico-espiritual consiste en dejar que todo fluya sin interrumpir esa fluidez (¡que ya es bastante!). Yo, también. Además, no hacer nada es lo que mejor hago, y en lo que más experiencia tengo. Así que ahí va mi propuesta.
Como gobernante del Ciberespacio, me compromento a:
1) No prohibir ni aplastar ningún tipo de expresión.
2) No imponer ningún tipo de pauta, canon, ideología o normativa rígida.
3) Dejar que todo fluya según su propia evolución inercial, y que el ciberespacio se desarrolle según el principio cósmico de que se manifiesta siempre el mejor de los mundos posibles dadas las todas las circunstancias.
Pero también exijo, como corresponde a mi responsabilidad:
1) El respeto hacia todos los cibernautas, sus familiares, amigos y mascotas, sus ideas y modos de expresión.
2) El respeto hacia el lenguaje oral, escrito, y gráfico, lo cual no implica que no se puedan desarrollar vías creativas manipuladoras del lenguaje como el Oulipismo o el Dadaísmo, o el uso de expresiones igualmente creativas basadas en palabras que la Real Academia designa como "tacos" o "palabrotas" y que yo llamo "palabras con más carga expresiva de lo habitual" y "vocabulario quizá demasiado amplio".
3) El respeto a la máxima "la libertad de uno termina donde empieza la de otro". No puede haber libertad sin respeto (de verdad, anarquistas del mundo, es la pega) y es el respeto lo que nos concede la libertad de expresarnos abiertamiente, siempre.
Como muestra de buena voluntad, los Hoygans y Trolls no serán excomulgados del ciberespacio aunque sí es probable que los releguemos a un ghetto, por el bien de la expansión de la cultura general, aviso. También, todo Hoygan o Troll con propósito de enmienda, será acogido cual hijo pródigo, y que sea lo que Dios y el Tao quieran.
